martes, 12 de abril de 2011

Talismán y caviar…

Concierto de Muerdo en Ítaca. Jueves 7 de abril de 2011.

Paso tanto tiempo sin verlo que en el reencuentro todo son sorpresas…

La primera salta a la vista: ahora el pelo le crece hacia arriba, haciendo caso omiso de la ley de la gravedad, como de tantas otras leyes. Serán antenas conectoras con sus musas(rañas), porque salta a la vista -y al oído- que con ellas conversa a menudo. 

El repertorio es extenso y yo ya no puedo cantarlas todas ¡ay! ¿Para cuándo algo de alimento que llevarnos a casa? Poder masticar despacio, treinta y tres veces cada mordisco, y SACIARNOS al fin. Debiera ser una recomendación de la OMS para cultivar cuerpo e ideas.

Ahora las canciones de amor y culpa son sólo canciones de amor (ya era hora…) y en el periódico le publican fotos luminosas llamándole cantautor social… a él, que es tantas cosas, a él, que se escapa con las palabras cuando quiere, no lo puedes atrapar tú en una o dos…

Ahora los conciertos se le quedan cortos, echa a volar sin alas y está muy (pero que muy) bien acompañado… Parece que hubiera subido al escenario Galeano a cantar/recitar con él…

Pero hay cosas que no cambian, se resiste a engrasar los ejes de su carreta y, justo en ese momento, cuando aquello roza el duende indescifrable del flamenco, recuerdas aquella noche en que dos gallos subieron al escenario y, por una vez, contra toda costumbre en este maltrecho rincón del mapa, ganó el gallo rojo y el pelo le comenzó a crecer hacia arriba… Si es que yo miento, que el cantar que yo canto lo borre el viento…

Si ya te ha mordido -y contagiado su rabia- sabrás de qué estoy hablando…

domingo, 3 de abril de 2011

La niña...


Me preocupo porque mi niña ya no juega, se recoge bien el pelo y se sienta a la sombra con las piernas cruzadas, con cuidado de no mancharse.

Siempre tiene prisa, no quiere despeinarse, está muy ocupada con cosas de mayores. Con el futuro y esos asuntos.

Se pasa días y días sin que la veamos por aquí. Le preguntan por las esquinas ¿niña, dónde paras?

Y me preocupo por ella…
Le canto las canciones que le gustan…
Le preparo sus platos favoritos…
Le escondo chocolate bajo la servilleta…

Y de pronto, en unos días, se deja despeinar con las manos, persigue pompas de jabón de madrugada, ríe a carcajadas por las mañanas, está nerviosa e inquieta, como cuando venían los reyes magos, se tira al suelo en un teatro violeta, se reúne con otras niñas e inventan teorías y soluciones, recibe al Sr. Croqueta, se le caen los rizos a la cara, le envían historias de ríos y sirenas, adopta bicis, guarda secretos en cajas de metal rescatadas de la basura…

Y me tranquilizo porque sé que sigue estando ahí… deseando que la llame para salir a jugar juntas…