domingo, 3 de abril de 2011

La niña...


Me preocupo porque mi niña ya no juega, se recoge bien el pelo y se sienta a la sombra con las piernas cruzadas, con cuidado de no mancharse.

Siempre tiene prisa, no quiere despeinarse, está muy ocupada con cosas de mayores. Con el futuro y esos asuntos.

Se pasa días y días sin que la veamos por aquí. Le preguntan por las esquinas ¿niña, dónde paras?

Y me preocupo por ella…
Le canto las canciones que le gustan…
Le preparo sus platos favoritos…
Le escondo chocolate bajo la servilleta…

Y de pronto, en unos días, se deja despeinar con las manos, persigue pompas de jabón de madrugada, ríe a carcajadas por las mañanas, está nerviosa e inquieta, como cuando venían los reyes magos, se tira al suelo en un teatro violeta, se reúne con otras niñas e inventan teorías y soluciones, recibe al Sr. Croqueta, se le caen los rizos a la cara, le envían historias de ríos y sirenas, adopta bicis, guarda secretos en cajas de metal rescatadas de la basura…

Y me tranquilizo porque sé que sigue estando ahí… deseando que la llame para salir a jugar juntas…

7 comentarios:

  1. Espero que me llame a jugar y que todavía sepa hacerlo.

    ResponderEliminar
  2. a veces las niñas duermen demasiado tiempo... pero tarde o temprano... despiertan, siempre lo hacen y entonces todo vuelve a cobrar vida a su alrededor, las mesas son palacios gigantes, las sillas caballos blancos, el cabello lleva coronas, los lapices se convierten en piruletas, el techo se transforma en millones de estrellas y las palabras cobran de nuevo sentido, o un nuevo sentido, y en ese momento sabe que, aunque a veces duerma, despertará...

    ResponderEliminar
  3. tú ayudas a que despierte... porque tu niño nunca duerme... y siempre me invita a jugar...

    ResponderEliminar
  4. claro que sabe jugar y claro que te llama cada día y lo mejor de todo es que nunca se creyó el juego de las princesitas ... :o)

    ResponderEliminar
  5. gracias por tu voto de confianza, ¡sienta bien!

    ResponderEliminar