lunes, 14 de marzo de 2011

Femenino plural

En la semana en la que se celebra el día de la mujer trabajadora (¿?) yo me encuentro de frente con el dolor de género femenino, número singular.

No es la primera vez que este dolor me toca y sé que duele de forma distinta, que atraviesa razas, países, idiomas, miradas, recuerdos… para doler. Para doler con dolor de mujer.
Que te remueve las tripas, te agarra la mano y el sueño y te trae imágenes y dolores que tenías aparcados, en pause.

Al mirarla a ella, al escucharla a ella, me veo a mi desdibujada, veo a mi sobrina, escucho a mis amigas, a aquellas niñas de un México lejano… y el singular se convierte así en plural.

Por pequeños e insignificantes que nos los quieran hacer ver -un beso, un grito, un gesto-  se escriben en femenino plural y MAYÚSCULAS.

Me consuela que ahora sé que, a pesar de la prisa, aún escucho si lloras a mi lado.

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