A mediados de agosto, en Barcelona, unas semanas antes de
viajar a Senegal por primera vez con Aziz para conocer su país, su familia y un
poquito más de él y de mí, decidí que,
porque el viaje y yo nos lo merecíamos, cada uno de los quince días que duraría
nuestro periplo escribiría un texto y
seleccionaría una foto…
¿Por qué? Para engañar al olvido, tal vez…
Mi propósito sufrió modificaciones durante el trayecto
adaptándose, como buen viajero, a las circunstancias inesperadas que se fueron
cruzando en nuestro camino, pero
conseguí cumplir algunos de los objetivos y rellenar bastantes hojas de mi
cuaderno con retazos de Senegal y, sobre todo, con retazos de mí…
Porque a veces siento que solo soy yo si escribo, que
solo veo si escribo, que solo estoy aquí si escribo.
El cuaderno ha dado vueltas en mi mesa y en mi cabeza
hasta que esta mañana me ha pedido salir, tal vez para agradecer a Senegal todo
lo que nos dio (y nos da) haciendo lo único que sabemos hacer.
Bon voyage!!
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